AVINA FRENTE A LA EXPULSIÓN Y DEPORTACIÓN MASIVA EN LA FRONTERA DE ESTADOS UNIDOS. 

«Dijeron nuestros nombres y dijeron que nos llevarían a otro lugar. No sabíamos que íbamos a regresar a Haití. Nadie nos dijo que íbamos a regresar a Haití. Necesitamos volver a Chile, pero ahora no nos queda dinero ni hogar. ¿Qué será de mis hijos?» (Sonia Piard, recién llegada a Puerto Príncipe citada en The Washington Post). 

Frente a la expulsión y deportación masiva, así como el trato inhumano que están recibiendo miles de personas en busca de asilo, en su mayoría haitianos, en la frontera de Estados Unidos, desde Fundación Avina manifestamos el más absoluto rechazo al trato deshumano y violento de parte de agentes de Patrullas Fronterizas. Es un trato que omite todos los protocolos y acuerdos internacionales de protección a las personas inmigrantes y refugiadas y debe cesar inmediatamente.    

La deportación masiva, amparada en una excepción de la ley por motivos sanitarios, atenta contra la protección mínima de quienes han salido de su país por razones humanitarias, es decir personas en situación de riesgo, conflictos o que peligren sus derechos básicos en su lugar de procedencia. Este modo violento de deportación, careciendo de condiciones mínimas de información que están siendo llevadas a cabo, solo agudiza la crisis.     

Miles de personas están llegando a Puerto Príncipe sin tener redes de apoyo local, sin recursos mínimos para su supervivencia y tras haber intentado forjar una vida fuera del país, prevemos que esta situación también agudizará la compleja crisis que vive Haití.    

Sin embargo, esta crisis no comienza hace unas semanas en la frontera en Texas. La mayoría de estos migrantes haitianos provienen de Chile y Brasil. Su decisión de viajar a Estados Unidos se gesta principalmente por la falta de documentación que les permita establecerse y conseguir empleo, situación profundizada por las dificultades económicas de la pandemia. Durante meses, organizaciones humanitarias detectaron y alertaron sobre este flujo migratorio que ha ido presionando las fronteras especialmente en Panamá y sur de México.     

Frente a la crisis humanitaria de Haití, nuestros países, su institucionalidad, no han sido capaces de brindar acogida y protección a estas personas. Por el contrario, han puesto más trabas y dificultades para una efectiva integración social, laboral y cultural de la comunidad haitiana, lo que ha llevado a los extremos que en estos días estamos viviendo.    

“En Fundación Avina aspiramos y trabajamos por un mundo más hospitalario, que respete la dignidad de cada persona y donde migrar sea una opción y no un delito.”     

Recientemente fuimos testigos de protestas antiinmigrantes en Iquique, Chile, dirigidas a haitianos y venezolanos. No vemos una coordinación y colaboración efectivas entre países e instituciones. Todo lo que observamos son acciones aisladas para rechazar y disuadir a los migrantes. Por estas razones, hacemos un llamado a los gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y agencias multilaterales a trabajar juntos y crear mecanismos para defender y proteger los derechos humanos fundamentales de estos y todos los migrantes.